Pues voy a ser el primero, porque justo he terminado la segunda temporada de Sam and Max.
No es difícil puntuarla: todo lo que fue la primera temporada, pero más refinado, pulido, perfeccionado. Y no es poco. Ahí sigue el humor, que rezuma de cada descripción, cada situación y cada diálogo. Los personajes secundarios siguen participando de cierta tipología cómica, acusados por algunos de simples, tópicos y reiterativos, pero que considero realizan su función perfectamente: servir de soporte narrativo a las peripecias cada vez más hilarantes y surrealistas de los protagonistas. Un humor crítico que casi por sí sólo sería capaz de sostener el peso de la aventura.
Pero es que, además, tanto a nivel de estructura de los capítulos como de diseño de los puzles, es, sino perfecto, sí al menos irreprochable: dominio absoluto del sistema de información, mayor complejidad de los puzles... es cierto que quizá la reiteración del mismo esquema en los cinco capítulos, si se juegan de forma continua, pueda resultar algo monótono, pero en todo caso el sistema clásico de tres puzles a resolver de forma simultánea, precedido por una introducción líneal y que concluye en un puzle-tipo-enemigo-final no sólo sigue siendo totalmente válido, sino que sigue demostrando ser el más ameno para el jugador, que rara vez se atasca sin avanzar algo en una partida -ayuda es verdad, la escala reducida del juego, pero también los detalles visuales, descriptivos y la información bien distribuida- .
Si se suma el hecho de que en Tell Tales consiguen siempre sorprender al jugador con nuevas -e hilarantes- situaciones, que cada avance tiene consecuencias en el juego (en las respuestas de los personajes principalmente) y que la organización por capítulos sienta tan bien al universo Sam and Max, el resultado es el culmen de una forma de hacer aventuras que resulta tal vez la única aventura capaz de medirse de tú a tú con los clásicos del género y que demuestra que el género, incluso bajo los patrones más clasicistas, sigue estando totalmente vigente en el mundo general del videojuego. Evidentemente, no tiene el mismo mérito que la primera temporada, y me atrevería a decir además que tampoco la misma frescura (no sólo por la obviedad de haber establecido esta forma particular de hacer aventuras, sino principalmente porque es evidente en esta segunda parte un cierto rebuscamiento-estiramiento de la fórmula en la arquitectura interna de los capítulos) pero su afán de perfeccionamiento sigue siendo igualmente valioso y de hecho sigue siendo superior a casi todo lo que ha hecho después la compañía. Lo dicho, una aventura del todo excelente.
Sam and Max. Segunda temporada. 80
|
