Esto va tomando cuerpo. La historia es cada vez más disparatada e inconexa, motivo por el cual nace. Comienza en un punto y se va desarrollando; luego, poco a poco, van apareciendo nuevos elementos que, con la sana intención de formar parte de la historia, hacen que esta se descojone por todas partes menos por una: la continuidad de la misma.
Llegamos a un punto en que nada tiene que ver con el comienzo de la misma y, sin embargo, continúa porque ya ha adquirido vida propia, y así, entre risas, disparates, dislates, desatinos, desbarros, necedades, carcajeos, hilaridades y demás pifias, se va construyendo una historia, que sorprenderá al más Jovellanista y hasta a los propios Simpsons. Yo os aseguro que lo difícil ahora, una vez puesta en marcha, es pararla.
Para ver cómo va quedando la historia empiezo recopilando, luego seguirá quien tenga tiempo y ganas.
Así queda la primera recopilación:
Faco, bien amado presidente de esta nuestra comunidad, ayer perdí un pendiente, cosa...de la oscuridad del aire de poniente, que me pone caliente.
¿Usted me lo buscará? - ¡Lo que quiera señorita!. Un beso le daré, si consigue encontrar valioso regalo de gran importancia, para el destino de la raza neo laeliana. Sigo y sigo buscando, más no encuentro nada. Acérquese más y explore. ¡¡JODER!!, no veo nada tengo la vista cansada!.
Estaba oscuro y palpando, ¡Tropezó! y cayo rodando, menudo chichón le salió en mitad del melón. Mira que soy mamón, mamoncete diría yo aeh!. En ése momento presentóse una cabra borracha y lujuriosa, que mascaba tabaco. Tenía la mirada perdida y, con deshonestas intenciones, le propuso mantener relaciones pero solo como amigos. Faco claro que aceptó aunque puso una condición: La cabra debía encontrar un pasadizo secreto hacia la junta de vecinos y, sin ser vista, robar el acta vecinal. La cabra aceptó ilusionada, pensando en que haría vio algo que brillaba, ¡era una estilográfica preciosa! que engulló con deleite... ¿y por dónde engulló? por donde solo cabía. ¿La cabra era virgo? Lo era.....que FOLLÓN!!!! La cabra necesitaba una lupa de gran aumento para examinar las huellas con un gran detenimiento, pero sin mucho fundamento.
Salió a la calle a pasear un rato por si acaso encontraba, otra pista que seguir para así poder proseguir y comprarse un microscopio, ¿cómo usar el microscopio? leyendo el manual vio, b1) apartado especial cabras miopes y torpes, en apuros. De repente, llegó el carnicero y corrió hacia la salida, muy asustada ¡LA PUERTA ESTABA CERRADA! tropezándose con Er Sevilla se tiró un peo, que sonó como un pitidito...que gran decepción, pero joder, como olió. La cabra cayó, inconsciente, pero era tan maloliente... que asfixió al carnicero y la cabra dijo: No me hableh máh
Como podéis observar esto pinta muy bien. Estos aplausos son para todos
